05 enero 2008

IDEOLOGÍA

He extraido un trozo de un libro que leí hace unos meses. Es sobre lo que el autor llama Ideología. Aunque es algo no me vino de nuevas, me hizo pensar. Y el objetivo de este blog es de hacer pensar al lector.

- ¿Sabes algo de ideología?
- ¿Te refieres a política?
- Me refiero a ideología en sentido marxista. A la forma es que la cultura crea la ilusión de una realidad normativa. El discurso social nos dice lo que es real, y nuestra percepción de la realidad depende tanto de ese discurso como de nuestros sentidos. O incluso más. Lo que tienes que entender es que todos vemos el mundo a través de una grasa, una neblina, un filtro… el filtro de la ideología. No vemos lo que está ahí, sino lo que tenemos que creer que está. La ideología convierte algunas cosas en invisibles, y en cambio hace que veamos otras que no están. Y eso no solo es así en política, sino en todo. En las historias, por ejemplo. ¿Por qué en toda la historia siempre aparece el amor? Parece lo natural, ¿Verdad? Pero solo es natural porque nosotros creemos que lo es. O la moda. La ideología es lo que hace que en una época la gente piense que la ropa que lleva es normal y neutra y en cambio 20 años más tarde nos parezca absurda. Un día los vaqueros a rayas nos parecen increíbles y al siguiente resultan ridículos.
- Entonces, ¿tú estas por encima de estas cosas?
- ¿De los vaqueros a rayas? Si, pero en general estoy tan atrapado por la ideología como todo el mundo. El hecho de saber que está ahí siempre te da cierta ventaja y, si miras con mucha atención, ves con un poquito más de claridad que la mayoría. Es lo más que puedes esperar. Todos somos producto de la ideología, y eso significa que ninguno podemos escapar… Podemos intentarlo, debemos intentarlo.
- Pues a mí eso me parece una idiotez. – En cuanto lo dije deseé no haberlo dicho.
- Deja que te pregunte una cosa. No creo que seas capaz de contestar todavía, pero cuando lo seas, sabré que estás preparado para ver más allá de las anteojeras que la cultura te ha puesto. Bien. A ver, hace siglos que existen las cárceles ¿Verdad? ¿por qué mandamos a los criminales a las cárceles?
- ¿Por cosas como asesinar a alguien en su caravana?- Me aventuré a decir.
- Eres un tipo divertido, Lemuel. Los mandamos a la cárcel para castigarlos ¿verdad? Pero ¿Por qué? ¿Por qué castigarlos?
- ¿Y qué quieres hacer si no?
- Se podrían hacer muchas cosas. Imagina a alguien que se dedica a robar en las casas, entra y se lleva las joyas, el dinero, lo que sea. No hace daño a nadie, se limita a llevarse cosas. Hay montones de formas de tratarlo. Puedes matarlo, cortarle las manos, obligarle a hacer servicios a la comunidad, proporcionarle ayuda psicológica o religiosa. Podrías mirar su entorno y decidir que esa persona necesita una educación. Exiliarlo. Mandarlo a estudiar con monjes tibetanos. ¿Por qué utilizamos las cárceles?
- No sé. Pero es lo que hay.
- Correcto. Porque es lo que hay. Ideología, amigo mío. Desde el momento en que nacemos, se nos enseña a ver las cosas de cierto modo, y ese modo nos parece natural e inevitable, no nos molestamos en cuestionarlo. Miramos el mundo y pensamos que lo que vemos es la verdad, pero en realidad lo que vemos es lo que se supone que tenemos que ver. Encendemos el televisor y vemos a gente feliz que como hamburguesas o bebe coca-cola y creemos de forma espontánea que las hamburguesas y la coca-cola dan la felicidad.
- Eso es solo publicidad.- Dije yo.
- Pero la publicidad es parte del discurso social, y condiciona nuestra mente, nuestra identidad, tanto o incluso más que lo que nos enseñan nuestros padres o maestros. La ideología es algo más que dar por sentadas ciertas nociones culturales. Nos convierte en objetos. Somos objetos al servicio de la cultura y no al revés. Creemos que somos seres autónomos y libres, pero nuestra libertad y nuestras opiniones siempre han quedado delimitadas por la ideología.
- ¿Y quien controla la ideología? ¿Los masones?
- Me encantan las teorías sobre conspiraciones. Geniales. Pero esas teorías se equivocan en una cosa: para ellos todo es resultado de una conspiración. Y, si hay conspiración, eso significa que hay conspiradores.
- ¿Y no es así?
- No. La maquinaria de la ideología cultural funciona con piloto automático. Es como una piedra que cae rodando pendiente abajo. Se dirige hacia algún sitio, cada vez más deprisa, y es prácticamente imparable, pero no hay ninguna inteligencia que la mueva. Avanza respondiendo a las leyes de la física, no a la voluntad.
- Todo esto no me está ayudando con la pregunta sobre la cárcel.
- En realidad es muy sencillo. La ideología hace que nos parezca inevitable mandar a un criminal a la cárcel. No es una opción entre varias, sino la única. Y ahora volvamos a nuestro hipotético ladrón de casas. ¿Qué se supone que le pasará en la cárcel?
- Creo que la idea es que piense en los crímenes que ha cometido, se sienta mal para que cuando salga no vuelva a hacerlo.
- Vale. Castigo. Vete tu habitación por haber dicho palabrotas. La próxima vez que se te ocurra decir una palabrota, no lo harás porque sabes lo que te pasará. Castigo, sí, pero castigo como rehabilitación. Coge a un criminal y conviértelo en un ciudadano productivo. Pero cuando atrapas a un ladrón y lo metes en la cárcel, ¿Qué crees que le pasará? ¿Qué aprenderá?
- Bueno, en realidad no se rehabilita. Vaya, eso lo sabe todo el mundo, si manadas un ladrón de casas a la cárcel, saldrá convertido en un atracador armado, o en un asesino, o en un violador.
- De acuerdo. Entonces los criminales van a la cárcel y aprenden a ser mejores criminales. ¿Es así?
- Sí.
- ¿Crees que el presidente lo sabe?
- Seguramente.
- Y los senadores, los representantes, los gobernadores ¿Lo saben?
- Supongo.
- ¿Los policías?
- Probablemente ellos más que nadie.
- Muy bien, todo el mundo sabe que las cárceles no ayudan a rehabilitar al delincuente. En realidad hacen lo contrario. Entonces ¿Por qué las tenemos? ¿Por qué mandamos a los marginados sociales a academias de criminales? Esa es la pregunta.

Más sobre la novela: http://opcionrespeto.blogspot.com/2007/01/un-libro-diferente.html